jueves, 21 de enero de 2016

Fotógrafo, cartógrafo, telégrafo.

Fotógrafo, cartógrafo, telégrafo.

Revelación con alcohol fino
de causas exteriores,
prometo no decirte
si tu prometes no llorarle
a la incertidumbre
de una mañana vieja
olvidada en la punta más alta
de París.

Dibujo total de montañas ulteriores
dándole paso a ríos más profundos
que el mar de las cuchillas afiladas
que atormentan por la noche sí
por la mañana también,
que no cambian ni vuelven,
se quedan como inertes
imitando a un árbol
que ha decidido dejarse morir.

Maquinaria innecesaria con perfecta sincronía
de apóstoles sin fuego,
de nobles sin fuero
que necesitan un poco de balance
para mantenerse en el fondo
de sus peceras llenas de mitos,
que no matan,
ni te hacen más fuerte,
pero hunden navíos enteros
de gente que confió en algún pedazo
de papel plástico.

Ya sé que me voltearon a ver,
prometo mejorar algún día.

Pero ese día no es hoy. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario